Las viviendas visadas, termómetro de la futura edificación residencial, cerraron 2022 con un frenazo brusco en la provincia. Según las estadísticas que facilitó ayer el Colegio de Arquitectos de Córdoba, se quedaron casi en la mitad que las contabilizadas un año antes, con una futura promoción de VPO prácticamente inexistente. Se rompe así, además, un bienio de subidas.

Antes de profundizar en estos indicadores, hay que tener en cuenta distintos factores para comprenderlos mejor. Uno es que la cifra del ejercicio que se acaba de despedir se cruza con la de un 2021 en el que el guarismo de pisos visados se disparó a 1.980, que es el mejor dato desde 2009. Pesa también el clima de desaceleración económica -todo apunta a que la ralentización se acentuará en 2023-, agravada por la incertidumbre que nos sobrevuela, debido a un factor tan imprevisible como la evolución de la guerra de Ucrania.

A ello se une la subida de tipos que afecta a los potenciales compradores de vivienda pero también a las empresas que busquen financiación para acometer sus inmuebles residenciales.

Y hay un último elemento a tener en cuenta. En la encuesta que hizo pública en diciembre Construcor (la patronal cordobesa del sector), las empresas de este área de actividad advertían de que, entre sus principales problemas, continúan «los costes de los materiales, cuya imprevisibilidad sigue, pese a la mejor evolución de las cadenas de suministro. Ello mantiene sus precios altos». Todo este coctel de factores debe haber influido en el freno de los planes de los promotores.

En todo 2022, recibieron luz verde del Colegio de Arquitectos proyectos residenciales que recogían 1.018 viviendas en toda la provincia. Son 962 menos que en 2021, con lo que el retroceso fue del 48,6%.

El desplome fue especialmente acusado en la VPO, que se redujo a cifras cercanas a su desaparición. Fueron 22 pisos de protección los que visó este ente profesional. El hundimiento interanual fue del 89,4%, con 186 viviendas menos de este tipo planificadas para su futura construcción.

En la renta libre, el desplome fue menor, pero igualmente contundente. El Colegio de Arquitectos puso su sello en promociones que sumaban 996 pisos. En 2021, esa cifra se había elevado hasta los 1.772, con lo que la merma fue del 43,8%.

Todos los trimestres se saldaron con descenso interanual. El que peor comportamiento tuvo fue el segundo (el siguiente al estallido de la guerra en Ucrania). En él, el batacazo fue del 76%.

Por el contrario, la menor bajada se dio en el periodo de octubre a diciembre. La disminución fue únicamente del 6,4%. El último trimestre fue en el que se visaron más viviendas (425), con mucha diferencia respecto a los demás. Hay que añadir que el número de pisos proyectados fue creciendo periodo tras periodo del año que se acaba de jubilar. Se arrancó con un primer trimestre, con 124 hogares que recibieron el visto bueno del Colegio de Arquitectos. En el segundo, se pasó a 173. En el tercero, el salto fue a 296 y se cerró el ejercicio con los citados 425. Habrá que ver si esa tendencia tiene recorrido en 2023 y pudiera obedecer a que los promotores hayan detectado una fortaleza de la demanda mayor de la que atisbaron inicialmente, cuando la economía empezó a ralentizarse.

Se rompe así un bienio de subidas en este termómetro de la futura edificación de vivienda. Porque 2021 se saldó con un crecimiento interanual del 68,5% e, incluso, 2020 logró un aumento: +10,7%. Y es que el ejercicio del estallido del Covid también se cerró con aumento de los pisos proyectados. Superadas las dudas iniciales tras desencadenarse la crisis económica del coronavirus, los promotores siguieron adelante con sus planes protagonizando un potente segundo semestre de 2020 que tuvo prolongación en 2021.

Para encontrar un número de pisos visados más bajo que el de 2022, hay que retroceder a 2017. En ese ejercicio, ese indicador se quedó en 774. Hasta el descenso de este 2022, 2019 había sido el último ejercicio con retroceso (-4,2%). Entonces se visaron 1.061 hogares. El ciclo de recuperación de la construcción residencial daba así síntomas de fatiga, después de que los proyectos de viviendas visadas fueran creciendo a partir de 2013, cuando la recesión financiera desatada en 2008 los llevó a tocar suelo, con 347 pisos planificados.

Hay que advertir, por último, de que 2022 es el tercer año consecutivo en el que se da descenso en la cifra de VPO recogidas en las promociones que recibieron el visto bueno técnico del Colegio de Arquitectos. Y el del último ejercicio ha sido el desplome más fuerte. Porque en 2020 y 2021 los retrocesos fueron del 14,2% y del 41,4%, respectivamente.

• Fuente: Abc