Abc
- Para mejorar las conexiones con la isla ahora se propone un parking inteligente y lanzaderas eléctricas sin conductor
La Cartuja representó hace 29 años el salto hacia el futuro de la ciudad. La Expo atrajo a Sevilla las inversiones en infraestructuras más altas de la historia. Dejó el AVE, el Cercanías, la SE-30, los puentes… incluso para moverse por el recinto se creó un monorraíl y un teleférico que acabaron en desuso. Con el tiempo, fue como si las administraciones hubieran cubierto la cuota con la capital de Andalucía, hasta el punto de que prácticamente todos los proyectos que se han puesto sobre la mesa para mejorar la movilidad en la ciudad queden en papel mojado o con retrasos de años e incluso décadas. Curiosamente, tres décadas después del hito que supuso la Exposición Universal, hoy es más difícil llegar a la Cartuja y moverse por el recinto donde acuden cada día a trabajar o estudiar 20.000 personas. Es el mayor ejemplo de involución dentro del complejo que envuelve el puntal tecnológico del sur de España.
Para paliar la movilidad insostenible que inunda de coches el distrito financiero y empresarial de Sevilla se han ideado infraestructuras de lo más variopintas y futuristas. Y todas guardan un denominador común: han fracasado o quedaron en papel mojado. El monorraíl, por ejemplo, se quedó abandonado y vandalizado durante casi 15 años en los solares de la Cartuja hasta que, en 2006, un incendio devastó tres de los seis trenes aéreos que salían en todas las postales de la Expo a su paso por la Esfera Bioclimática. Los otros tres convoyes del monorraíl que supuso una inversión de 2.700 millones de las antiguas pesetas acabaron en un desguace de la localidad zaragozana de Muel, donde fueron vendidos como chatarra.
Así acabó el monorraíl después de dos proyectos frustrados: el que pretendía convertir la Cartuja en un parque temático justo después de la Expo 92 y otro que, en 2001, proponía reutilizarlo para conectar la estación de Santa Justa con el aeropuerto. Esa idea la trasladó la sociedad gestora de los activos de la Expo, Agesa, al Ayuntamiento cuando se cedió la propiedad de estos al Ayuntamiento. Entre ellos estaba también el telecabina que conectaba Plaza de Armas con la entrada norte del recinto. Aquella infraestructura se desmontó en 2006 tras más de una década sin funcionar. Hubo un intento de compra para la Expo de Zaragoza, pero la realidad es que quedó abandonado y, dos de sus estaciones, permanecen comidas por el óxido.
Sin embargo, la infraestructura dejó una honda huella, hasta el punto de que el alcalde de Tomares, José Luis Sanz -que ahora quiere presentar su candidatura al gobierno municipal de Sevilla- proyectó un teleférico que conectase Tomares con la parada de metro de Blas infante. El proyecto se descartó pese.
Los trenes de levitación
Lo único que se ha hecho desde 1992 para mejorar la movilidad en la Cartuja es utilizar la vía que conectaba Santa Justa con el apeadero al norte del Charco de la Pava. 53 millones de euros fue el desembolso en plena crisis económica para la línea C-2 del Cercanías que se inauguró en 2012 y que ahora permanece sin funcionamiento por la pandemia y, sobre todo, por la falta de usuarios. La razón de la ausencia de viajeros es que no llegó nunca a conectar con la estación de metro de Blas Infante. Fue así cuando, en 2010, ACS, la constructora de Florentino Pérez, propuso en 2010 a la Junta un tren de levitación magnética como el que había en China, con un coste de unos 165 millones de euros. La idea futurista se diluyó como una aspirina en un vaso de agua.
Lo mismo ocurrió con el aparcamiento robotizado que presentó Juan Ignacio Zoido para soleventar la falta de plazas de estacionamiento en la Cartuja. Se quedó, como tantas otras propuestas, en una rueda de prensa. Al final lo que se hizo fue utilizar el solar frente al apeadero de la Cartuja, que ya servía como aparcamiento indiscriminado.
También fracasó la lanzadera de Tussam que puso en marcha Juan Espadas. Ahora, mientras pasan los años sin que se construya la red de metro que sí daría una solución al problema de movilidad en el parque, el proyecto ‘eCitySevilla’ de Endesa prevé la construcción de un parking inteligente junto a Torre Sevilla de 7.000 plazas cubiertas con paneles solares. También se pondrá en marcha un proyecto piloto para vehículos eléctricos sin conductor que servirán de lanzaderas.