Expansión
- oxígeno/ La vicepresidenta anuncia nuevas inversiones específicas para la pyme en el marco del ‘Plan de Recuperación’, que se suman a los 4.650 millones de euros que inyectará para su digitalización.
España es un país de pymes, con casi el 99% de su tejido empresarial hilvanado por compañías de pequeño tamaño, micropymes y autónomos, que han sufrido con especial dureza el azote de la pandemia. Eso explica que la crisis del Covid se ensañara en 2020 con la economía española, que registró la mayor contracción de la UE, y que en el discurso del Gobierno las pymes ocupen un lugar preponderante a la hora de anunciar ayudas a inversiones. Eso, y el creciente clamor empresarial pidiendo oxígeno para no sucumbir a una crisis que se prolonga ya un año. “Las pymes están en el corazón del Plan de Recuperación”, aseguró ayer en el Congreso la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, que anunció que dicho plan contempla 2.000 millones de euros en inversiones específicas para la pequeña y mediana empresa con cargo al maná europeo. Esa cuantía se suma a los 4.650 millones que el Gobierno inyectará para digitalizar 1,5 millones de pymes y autónomos.
Calviño no detalló el destino de esas nuevas inversiones, que junto a las ayudas a la digitalización alcanzan ya los 6.650 millones de euros y que, según fuentes de Economía, serán más en el futuro. Dichas fuentes explicaron a este diario que los 2.000 millones anunciados ayer por la vicepresidenta económica se encuadran en el denominado Componente 13 de Impulso a las Pymes, cuyos objetivos genéricos son impulsar el emprendimiento, el crecimiento empresarial (incluyendo el tamaño de las compañías), apoyar la modernización del comercio, y promover la internacionalización de las pymes.
En paralelo a esas ayudas e inversiones previstas en el Plan de Recuperación, en el que las pymes tendrán, según Calviño, una “participación muy protegida y especial” en aquellos proyectos en los que convivan con las grandes compañías, el Ejecutivo perfila ayudas directas para evitar que los crecientes problemas de solvencia deriven en un aluvión de concursos empresariales en los próximos meses. Unas ayudas, dirigidas esencialmente a los negocios viables, de las que de momento se desconoce el importe y de las que el Gobierno ofrece pistas con cuentagotas, aunque su previsión es aprobarlas en marzo una vez recibido el preceptivo plácet de Bruselas.
Quitas y ayudas directas
Sin embargo, lo que cada vez está más claro es que el paquete de salvamento que prepara el Gobierno contempla “la realización de quitas y otros instrumentos financieros, como los préstamos participativos, para apoyar la solvencia de las empresas”, tal como avanzó el lunes Nadia Calviño antes de participar en una cumbre del Eurogrupo. Esto es, inyecciones directas en el capital de compañías viables y, previsiblemente, la condonación (al menos parcial) de los créditos avalados por el ICO, que ascienden a unos 118.000 millones, para lo que el Gobierno trabaja con el Banco de España y las entidades financieras desde hace semanas.
Cepyme reclama desde hace tiempo medidas contundentes para taponar la sangría en el sector empresarial. Además de las quitas en los créditos ICO, lo que convertiría esa parte en ayuda directa de facto, la patronal reclama una suerte de “vacaciones fiscales” para las empresas más castigadas, además del pago inmediato de todas las deudas del conjunto de las Administraciones Públicas con las pymes.