- La Junta Central de Usuarios del Acuífero del Poniente realizará una primera cata para determinar la calidad del agua y la cantidad que pueden extraer para sumar al campo
La Junta Central de Usuarios del Acuífero del Poniente Almeriense (JCUAPA) iniciará este mes de septiembre las obras de prospección y cata del estado de las aguas del acuífero superior en la Cañada de Ugíjar en El Ejido, con el objetivo de establecer la cantidad anual que se puede extraer para uso agrícola.
Una actuación que va a poder llevar a cabo meses después de anunciar el proyecto, tras recibir finalmente el visto bueno del Ayuntamiento ejidense durante este mes de agosto. Y es que el uso del agua del acuífero superior es parte del plan de recuperación del acuífero inferior, que se encuentra en malas condiciones tanto en cantidad como calidad.
«Cañada de Ugíjar es uno de los puntos estratégicos porque es uno de los puntos donde más cantidad de agua hay en el acuífero superior, y ya está creando problemas como se ha visto a las espaldas del Copo, donde se ha caído la carretera en un par de ocasiones», explica Manuel García Quero, presidente de JCUAPA. Y así es, ya que en varias ocasiones la carretera que pasa delante de la Estación Depuradora de Aguas Residuales ha tenido que ser cortada al tráfico porque el terreno se hunde, generando agujeros en el asfalto.
«Hemos tardado demasiado en los permisos administrativos, pero ya parece que hemos entrado en velocidad crucero y estamos pendientes de iniciar en septiembre la prospección primera para determinar qué cantidad de agua se puede extraer y la calidad del agua que hay ahí», señala García Quero.
De hecho, según los informes del Instituto Tecnológico Caminero, se podrían extraer en este punto unos seis hectómetros cúbicos, que darían para regar más de 1.000 hectáreas. Sin embargo, falta confirmación oficial.
Desde la Junta Central de Usuarios del Acuífero de Poniente Almeriense esperan que las obras, una vez iniciadas, no duren más de unas semanas, por lo que para finales de septiembre ya se podría tener el informe hidrogeológico que permita conocer cantidad y calidad.
Será entonces cuando llegue la parte más compleja, ya que será necesaria la construcción de canalizaciones para poder realmente utilizar el agua.
«Están proyectadas, pero no están tramitadas hasta que no sepamos la calidad y cantidad. Si las previsiones se cumplen, habrá que hacer una obra muy importante de canalizaciones y bastante cara, porque han subido entre un 20% y un 30% los costes de las obras», apunta García Quero.
Es por ello que para hacer frente al coste de las obras, desde JCUAPA esperan firmar convenios con Junta o Gobierno Central y en el mejor de los casos con ambos para sufragar entre todos las obras.
«Al final, lo que tenemos que tener en cuenta es que el acuífero inferior hay que recuperarlo. Ya cada año sacamos un poco menos, a ver si es posible que cumplamos con el plan previsto y que en 2027 podamos llegar al equilibrio y comenzar la recuperación», subraya García Quero.
Proyecto de tres patas
El proyecto de aprovechamiento de aguas del acuífero superior tiene tres partes.
Por un lado, la extracción de agua de Cañada de Onáyar, donde se hicieron este año cuatro tomas y van respondiendo a lo previsto tanto en calidad como cantidad. «Ahí es un agua salobre, que se sitúa entre 2,5 y 3 de conductividad, que es menor que la que tiene el acuífero inferior, que donde está mal, llega a los cinco», comenta el presidente de la Junta Central, quien añade que «en este momento se estarán sacando en torno a 150 litros por segundo».
La segunda parte del proyecto es la extracción de agua de la Balsa del Sapo mediante la construcción de una Planta de Tratamiento. Un proyecto que ya cuenta con el compromiso del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que a través de Seiasa y en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), para sufragar parte del coste de las obras.
Por otra parte, con el inicio de las obras de prospección en Cañada de Ugíjar se completarían las tres patas de un proyecto tan ambicioso como necesario para garantizar el futuro del campo almeriense en materia hídrica, que se une a la necesidad de la ampliación de la Desaladora del Campo de Dalías y de las EDAR.
Precisamente sobre las obras de ampliación de la desaladora, García Quero no se atreve a dar fechas, si bien sí señala que «se están acabando los proyectos, y dentro del próximo año o de los próximos dos debe estar funcionando, porque lo marca la propia necesidad de hacer las inversiones que se incluyen en los PERTES con fondos europeos o perdemos el dinero».
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