- El Gobierno acelera para adjudicar el diseño y la obras de casi 500 millones de euros de inversión
C.Morán. Madrid
El Ministerio de Transportes acelera para iniciar cuanto antes las obras de construcción de nuevo puente sobre el Guadalquivir, una de la piezas clave para completar el cierre de la circunvalación SE-40 de Sevilla. Según las fuentes consultadas, la Dirección General de Carreteras del Ministerio se ha apoyado en la ingeniería pública Ineco para realizar trabajos de coordinación de expedientes.
Entre los proyectos que saldrán a licitación en los próximos meses figura el diseño del nuevo puente por el que pujarán las principales ingenierías españolas. Transportes también trabaja en los pliegos para realizar las obras, un proyecto por el que pujarán las grandes constructoras nacionales.
El puente de la SE-40 sobre el río Guadalquivir figura entre los proyectos de mayor envergadura afrontados por la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Transportes. El proyecto está valorado en 458 millones de euros y debe cerrar la segunda circunvalación de Sevilla. Con un vano principal de más de 350 metros con un galibo de 70,8 metros de altura y ocho carriles en total, la longitud total de la estructura es de cinco kilómetros y las pilas del puente estarán fuera del agua.
La realización de los trabajos de consultoría y de ingeniería habían generado polémica entre las empresas de ingeniería y las principales asociaciones del sector al difundirse, por error, el mensaje de que Transportes iba a encargar a Ineco todo el proyecto constructivo, pero, según las fuentes consultadas, la labor de la ingeniería pública en esta obra será exclusivamente de coordinación y apoyo a la Dirección General de Carreteras.
Sobrecoste
El Gobierno ya había adjudicado el anteproyecto del puente a una UTE formada por las ingenierías Ayesa y Fecor para decidir si se optaba por los túneles o un puente para completar el cierre de una polémica circunvalación que ya ha costado al Estado cientos de millones de euros por los errores cometidos en su ejecución y en las indemnizaciones a los contratistas seleccionados para realizar los túneles que nunca se concluyeron.
En 2021, el Ministerio de Transportes rescindió los contratos de construcción de dos túneles bajo el Guadalquivir. “En la ejecución de estos contratos se ha constatado la inviabilidad de las soluciones técnicas incluidas en el proyecto, por lo que se ha iniciado el procedimiento de desistimiento de su ejecución”, indicó señaló el Gobierno.
Entre las empresas afectadas por la rescisión de uno de los mayores contratos de obra de la época figura la UTE formada por OHL, Azvi y Sando, y la integrada por Aldesa, Copisa y la desaparecida Bruesa. En el proceso de rescisión indemnizaciones estaban en juego cerca de 200 millones de euros.
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