- La falta de trabajadores cualificados, el alto coste de las materias primas y el desinterés de las comunidades de vecinos ponen en riesgo los planes de rehabilitación para prevenir el derroche energético en los edificios
Los edificios consumen aproximadamente el 40% de la energía final y suponen un 36% de las emisiones de gases en Europa. Por eso no es de extrañar que la Comisión Europea tenga en el punto de mira la eficiencia energética de los edificios se haya propuesto descarbonizar el sector para 2050. La hoja de ruta para alcanzar este objetivo está dibujada en la estrategia Renovation Wave pero supone un verdadero reto ya que la tasa de renovación debería incrementarse al menos en un 2-3% de media en todo el continente. Hay diferencias entre países, pero en el dibujo general, España no sale bien parada.
“Si no somos capaces de multiplicar por diez la capacidad de trabajo no se va llegar a las tasas de rehabilitación”
Aquí ahora solo se rehabilitan unas 30.000 viviendas al año, y habría que pasar a intervenir unas 300.000 anualmente en la próxima década. Basta pensar que más de la mitad de nuestro parque inmobiliario tiene más de 40 años y es anterior a la introducción de cualquier normativa en materia energética.
Un buen aislamiento térmico, contar con sistemas de climatización que garanticen menos consumo eléctrico o con paneles solares para producir agua caliente y electricidad son claves para reducir la factura de la luz. Además, garantizan la correcta habitabilidad, algo que se ha hecho mucho más patente durante esta pandemia. Ahora bien, al mismo tiempo que la necesidad de confort se ha hecho evidente, el ahorro en las familias ha ido mermando. Ya en febrero, y según datos del Colegio General de Administradores de Fincas, la morosidad en las comunidades de vecinos ronda el 40%.
La crisis sanitaria ha provocado una situación bastante compleja para abordar la rehabilitación energética. Por un lado, es la primera vez que la política europea le da al sector de la construcción una consideración tan estratégica. “Está implicada en tareas de rehabilitación urbana, en obras de adaptación, por ejemplo, de puertos, en la instalación de depuradoras o plantas de producción de energía renovable. En movilidad urbana y conectada hay que apostar por aparcamientos disuasorios, pero también por construir electrolineras, etc”, explica Javier Torremocha, responsable de créditos de la Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI). Por otro, ha un aumentado el precio de las materias primas y se ha verificado una falta de mano de obra especializada en toda Europa.
En tres meses algunos materiales como la madera ha aumentado un 125%, la piedra ha subido un 68% y el cobre, un 63%. Eso por no hablar de los retrasos que “en grifería, por ejemplo, pueden llegar a los tres meses. Un 75,6% de las compañías que operan en el sector están sufriendo desabastecimientos o retrasos inusuales y el 95% de ellas han notado un incremento de costes en las obras de hasta un 22%”, explica Pedro Fernández Alen, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). Cuatro de cada diez empresas se han visto obligadas a paralizar sus obras debido a los sobrecostes. De hecho, el sector está trabajando en un texto en el que piden al Gobierno soluciones como las implementadas en Francia o Italia, donde el Ejecutivo ha prometido hacerse cargo de estos gastos extras.
Falta mano de obra especializada
Además, se calcula que faltan al menos 700.000 trabajadores expertos. “La escasez de mano de obra supone un verdadero cuello de botella. Estamos en un momento en el que si no se multiplica por diez la capacidad de trabajo no se va llegar a las tasas de rehabilitación, pero la capacitación no es algo que se resuelva de un año para otro”, dice Emilio Miguel Mitre, director de Relaciones Internacionales del Green Buinding Conuncil España (GBCs). El arquitecto, además, habla de que tal y como está la situación cualquier cosa puede pasar, incluso que de repente aparezca toda la demanda de golpe.
Sin embargo, y de momento, parece que los propietarios de viviendas todavía se muestran desinteresados por las posibilidades que les ofrece la rehabilitación. Al menos, así se desprende del informe “El camino a la sostenibilidad en el hogar” liderado por la UCI y realizado entre 4.000 propietarios que acaban de comprar su vivienda en España, Portugal, Italia, Suecia, entre otros. Según sus datos, el 60% de los propietarios estaría dispuesto a hacer reformas para ganar en eficiencia pero solo un 35% solicitaría un préstamo.
Las comunidades de vecinos tienen un papel fundamental en la rehabilitación, porque entre otras cosas, somos el segundo país de Europa por número de habitantes que vive en bloques de edificios, con hasta un 65% de la población. Sin embargo, “vemos un riesgo en que no se aprovechen las ayudas por falta de peticiones e interés… si no hay quien tome la iniciativa, si hay barreras para la realización de las obras o para acceder a las subvenciones. Hay que proporcionar mucha más información práctica a las comunidades, con ejemplos de obras y ahorros, con cifras, para poder movilizar voluntades”, dicen desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). La organización ha lanzado, de hecho, una serie de peticiones a nivel europeo a finales de septiembre en las que incluyen la necesidad de ventanillas únicas para los ciudadanos.
Hay que tener en cuenta también que la mayoría de estas comunidades ha estado casi dos años sin realizar juntas debido a la pandemia y que no siempre es fácil ponerse de acuerdo para abordar una reforma que puede suponer entre 20.000 y 30.000 euros por inquilino. En este sentido, el Gobierno acaba de cambiar la Ley de Propiedad Horizontal para facilitarles el proceso a los vecinos de bloques. Por ejemplo, la Ley establece que las obras que contribuyan a la mejora de la eficiencia se aprobarán por mayoría simple y no por mayoría de 3/5 como hasta ahora. Además, se refuerza “aún más el estatutos jurídico de las comunidades para que tengan potestad para perseguir los impagos de los inquilinos”, explica Mitre. Una situación que ha dificulado, muchas veces, la concesión de préstamos bancarios.
Esperando el dinero de Europa
En general, parece que hay voluntad e interés, pero ¿llegaremos a tiempo? El 5 de octubre se aprobaron programas de ayudas, “que aumentan en función del volumen de ahorro que implique la rehabilitación Si está supera el 60% de ahorro, la ayuda pública puede suponer hasta un 80% del gasto para la familia”, continúa Mitre. Ahora, “son las CC AA y los ayuntamientos quienes tienen que implementar sus programas y canalizar el dinero de Europa, para que filtre a las empresas. El tiempo pasa y el primer examen sobre los fondos europeos es el año que viene”, concluye Alen.
- El Confidencial