La construcción busca sellar la brecha de talento con urgencia
- El déficit de trabajadores en todo tipo de perfiles dibuja un futuro incierto, ya que llega una oleada de jubilaciones y el relevo generacional no está asegurado
- La construcción denuncia un «problema de Estado» por la falta de 700.000 trabajadores
La última Encuesta sobre la Actividad Empresarial (EBAE) del Banco de España ya avisaba de que el 49% de las compañías dedicadas a la construcción está experimentando problemas para contratar mano de obra. Con el dinero de Europa entrando en las arcas públicas, es necesario tomar medidas cuanto antes para no perder la oportunidad de ser más competitivos, puesto que «siete de cada diez euros que recibirá España hasta 2026 van a estar vinculados directa o indirectamente con la construcción», revela Pedro Fernández Alén, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). El portavoz de la patronal apunta otro par de cifras para la reflexión: «Tenemos una necesidad de 500.000 nuevos empleados debidamente cualificados ante el reto que suponen las inversiones pactadas con Bruselas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia; solo 200.000, para la rehabilitación y regeneración urbana».
El gran escollo para revertir la situación es que esta escasez no es de ahora, sino que se trata de un fenómeno estructural. Para empezar, tal y como afirman desde la Fundación Laboral de la Construcción (FLC), «en los próximos años se van a jubilar trabajadores con un perfil profesional muy polivalente». El hueco que dejan los que abrazan el retiro no se cubre con savia nueva, al tiempo que el sector envejece cada vez más.
Si atendemos a la media de los cuatro trimestres de 2022 de la Encuesta de Población Activa, vemos que la población ocupada de 55 años en adelante ha pasado del 9,4% en 2008 a suponer el 19,9% en 2022, mientras que la población menor de 30 años ha pasado de abarcar el 25,2% en 2008 a un 9,2%. La tasa de reposición, además de estar comprometida por la ausencia de relevo generacional, lo está por la escasa presencia de la mujer dentro del sector: las mujeres representaron el 11,1% del total de personas afiliadas al sector de la construcción en 2022, según datos de la Seguridad Social.
La falta de mano de obra en la construcción es acuciante. En 2021, el 39% de las ofertas publicadas en el portal Construyendoempleo.com, gestionado por la FLC, no pudieron ser cubiertas por falta de candidatos. Las demandas de empleo que más abundan dentro de este portal buscan albañiles, peones, jefes y encargados de obra, gruistas, conductores de camiones y de maquinaria, electricistas, encofradores y fontaneros. Daniel Cuervo, secretario general de APCEspaña, suma a estos perfiles los de oficiales de primera, soldadores, alicatadores, instaladores y montadores, remarcando que «la mano de obra que más escasea es la intermedia entre los titulados superiores y los menos cualificados».
Además de los oficios clásicos, van a surgir nuevas ocupaciones «vinculadas a la transformación digital y a las nuevas formas constructivas», admite José Almagro, director general de Sto Ibérica. A competencias de reciente incorporación, como la metodología Building Information Modeling (BIM) o el pilotaje de drones, se le unen las que vienen parejas a la tendencia hacia la industrialización y al empleo de nuevos materiales. Igualmente, la sostenibilidad también demanda nuevas incorporaciones. «La rehabilitación energética va a requerir mano de obra especializada para actuar, por ejemplo, en la envolvente y en la instalación de fuentes de energía renovables», indican desde la FLC.
Más formación
Desde la patronal insisten en que «en la construcción no tenemos un problema de fidelización del talento porque el que empieza a trabajar en el sector, continúa. El problema lo tenemos en la captación». ¿Qué se puede hacer para convertir la construcción en una opción laboral plena y no en el último lugar al que acudir cuando se busca empleo? Hacer énfasis en una formación interesante es fundamental, y esto no solo se logra desde la educación pública, sino desde el propio tejido empresarial del sector. «Necesitamos poner en valor la formación profesional y establecer una vinculación entre el ámbito formativo y la empresa», comenta Cuervo, que aboga por «ofrecer formaciones mucho más específicas y cortas que conlleven una rápida incorporación». En la misma línea, Almagro confirma que «es necesario que el sistema educativo y el laboral trabajen juntos, poniendo especial empeño en crear más oportunidades formativas especializadas en las diferentes vertientes de la construcción, con programas atractivos y accesibles a todo tipo de perfiles».
El problema es que la construcción no cala entre los más jóvenes. Un informe de CaixaBank Dualiza en colaboración con Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad sobre la Formación Profesional (FP) señala que entre los cursos 2015-2016 y 2019-2020 el número de matriculados en FP de grado superior de la familia de Edificación y Obra Civil cayó un 14% pese a que las matrículas totales en los grados superiores de FP crecieron más de un 26%. Asimismo, las matriculaciones en ciclos de grado medio de esa familia crecieron un 4% frente al 23,5% del resto de ciclos de grado medio.