El presidente de APCEspaña (Asociación de Promotores Constructores de España) y Asprima explica así las razones que están propiciando una nueva edad de oro para la construcción en nuestro país. La duda es si ahora, como sucedió hace una década, podría volver a repetirse un golpe en el mercado que se llevara por delante a miles de ellas y a decenas de miles de puestos de trabajo.
Gómez Pintado lo niega. “La situación ahora es diferente porque los indicadores no hablan de burbuja. El esfuerzo de las familias está muy por debajo del 42% de aquellos años y tampoco los bancos están concediendo financiación de la manera que lo hicieron entonces”, argumenta.
“Lo que está pasando ahora me parece una barbaridad y a veces pienso que puede volver a pasar lo que pasó en la anterior burbuja inmobiliaria”. LEANDRO FLORES
Pese a ello, el fantasma de la burbuja sigue presente. De las lecciones aprendidas hace diez años, Leandro asegura con voz firme que no acepta ningún pagaré ni clientes a los que no conoce. Tampoco se arriesga con las grandes obras. “Lo que está pasando ahora me parece una barbaridad y a veces pienso que puede volver a repetirse lo que ocurrió entonces, aunque noto que todo está más controlado en este momento, que los bancos ya no dan tanto dinero y que muchos de nosotros, los empresarios, vamos con más cautelas”, dice.
Él acaba de incorporar a un nuevo trabajador en su equipo y ya son siete. “Durante el confinamiento aguantamos mucho mejor de lo que yo pensaba y este último año está siendo una pasada”, cuenta sobre sus numerosos encargos. “Tengo muchísimos clientes, sobre todo con viviendas particulares y reformas. Contrataría a más personas, pero no hay mano de obra preparada y he tenido que rechazar muchos proyectos porque no puedo asumirlos”, comenta al otro lado del teléfono.
FALTA MANO DE OBRA
Su situación es similar a la de Jaime Morán, quien hace cinco años montó MCC (Morán Construcciones y Contratas), una empresa de reformas integrales en Las Rozas (Madrid). “El problema es que no hay mano de obra cualificada porque con la anterior crisis se fueron a otros sectores como la hostelería y el turismo”, asegura. Jaime mueve a casi medio centenar de trabajadores de forma directa e indirecta con MCC y en su caso, más que renunciar a proyectos, pide a los clientes que aplacen o retrasen las fechas de ejecución. Y la mayoría acepta, porque contratar hoy un albañil, una empresa de reformas, un fontanero o un instalador de paneles fotovoltaicos se ha convertido en una misión casi imposible.
“Desde marzo estamos desbordados. El problema es que no hay mano de obra cualificada porque con la anterior crisis se fueron a otros sectores como la hostelería y el turismo”. JAIME MORÁN (MCC)
“Desde el mes de marzo estamos desbordados”, comenta. Su vida transcurre entre las obras de Madrid y las obras de Puente de Sanabria, donde también hace un año arrancó junto a su hermana Claudia Morán el Estudio Arquitectura Sanabria. La oficina “está a tope”. Las llamadas de los clientes son constantes y no descartan incorporar a otra persona de cara al verano. “Nos llaman de Madrid y también de la zona de Sanabria para proyectos de nueva construcción y rehabilitación. Quieren sobre todo chalés y casas más grandes y espaciosas, algunos porque viven allí y otros porque quieren contar con una segunda residencia”.
La actividad frenética es la tónica de cada día en el sector, por eso a Pedro Fernández Alén, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), le parece “lógico” que se estén constituyendo tantas compañías de este tipo y le parece “lógico” que vayan a más. “Hay ahora mismo mucha demanda de servicios de construcción y reforma, el problema es que no hay mano de obra cualificada y suficiente para atenderla y esto sí puede ser un problema para el futuro más inmediato”, señala.
“Los fondos europeos requerirán de mucha especialización y es difícil hallarla ahora mismo en el mercado laboral”. PEDRO FERNÁNDEZ ALÉN (CNC)
La patronal calcula que hay un déficit de 700.000 trabajadores y no sólo es difícil encontrarlos, sino conseguir que tengan la preparación suficiente para asumir las tareas de siempre y las más novedosas que empiezan a demandarse al hilo de la transición verde y la eficiencia energética. “Los fondos europeos requerirán de mucha especialización y es difícil hallarla ahora mismo en el mercado laboral”, sentencia.
Fernández Alén tampoco cree que el aumento de empresas relacionadas con la construcción en España sea flor de un día. “Ten en cuenta que no se trata sólo de hacer unas infraestructuras o instalar unas placas solares, sino que todo eso después hay que conservarlo y mantenerlo y también para eso se seguirán necesitando empleados”, explica. Por eso mismo tampoco cree que pueda compararse el auge actual de compañías del ladrillo con el crecimiento que se dio en la burbuja inmobiliaria de principios del siglo.
RIESGOS Y ESCASEZ DE MATERIALES
Fueron muchas las firmas que se quedaron por el camino después de aquel shock. Nombres como Martinsa Fadesa o Reyal Urbis permanecen en el balance fúnebre del tejido empresarial de aquellos años, pero hubo también muchas otras, miles, mucho más pequeñas que no lograron sobrevivir.
Ahora son también las más pequeñas las que comandan el resurgir del sector. De hecho, de las 9.339 compañías que se han constituido desde enero, un total de 7.394 son microempresas (tienen menos de 10 trabajadores) y el resto son pymes. En el balance del Observatorio de la Construcción, sólo dos superan los 250 empleados. “Esos datos reflejan bien la idiosincrasia del tejido empresarial español, en el que se fomenta poco que las empresas sean grandes”, apunta Juan Antonio Gómez Pintado.
A pie de obra, Leandro cree que hay muchas personas que quieren aprovechar el tirón para ganar cuanto más dinero posible y no están calibrando bien los riesgos.
La aseguradora Crédito y Caución advertía en un reciente informe del “alto riesgo de impago” que afronta el sector en España. Su análisis identifica posibles dificultades financieras en el futuro y avisa del impacto de la crisis global de las materias primas. Sobre lo primero, Crédito y Caución explica que “durante la pandemia, el sector financiero ha concedido préstamos a las empresas del sector respaldados por garantías públicas con períodos de gracia, lo que ha incrementado el apalancamiento de las empresas de construcción. Sin embargo, las más pequeñas y altamente endeudadas podrían tener un acceso limitado a nueva financiación en el futuro”.
Sobre las materias primas, la aseguradora recoge que “el aumento de los precios de los materiales añade una presión adicional sobre los márgenes de beneficio, que afecta principalmente a los actores más pequeños”.
Según la CNC, los costes se han encarecido de media un 22,2% en los últimos tres meses, casi un 25% de las empresas ha subido los precios y el resto han sufrido retrasos en sus plazos de entrega. Todos en el sector confían en que las lecciones aprendidas sirvan para que la historia no se repita.