Málaga: La construcción agrava su déficit de mano de obra y demanda más de 10.000 perfiles

Málaga: La construcción agrava su déficit de mano de obra y demanda más de 10.000 perfiles

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  • El sector, que emplea a 66.000 trabajadores en Málaga, no encuentra trabajadores para cubrir el actual ritmo. La escasez de vivienda y su alto precio también limita la captación de personal de otras provincias

El sector de la construcción en Málaga no encuentra trabajadores suficientes para atender el ritmo de trabajo que maneja actualmente el mercado. El problema, que se viene arrastrando desde hace algunos años, se está agravando en los últimos tiempos, según explica la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), que no para de recibir comentarios entre sus firmas asociadas sobre las enormes dificultades para incorporar a profesionales. La provincia cuenta ahora mismo con unos 66.000 afiliados a la Seguridad Social en este sector, pero los empresarios calculan que esta gran demanda de empleo daría para sumar, al menos, más de 10.000 profesionales añadidos (lo que sería un 15% más) y acercarse así a los 80.000.

“La percepción es que la situación es cada vez peor en este sentido. En todas las reuniones que mantenemos con empresas del sector nos ponen sobre la mesa el problema que hay para encontrar mano de obra, tanto para cubrir sus trabajos actuales como para poder aspirar a coger nuevos contratos”, explica a este periódico la secretaria general de la ACP, Violeta Aragón.

La provincia de Málaga, uno de los grandes focos inmobilarios en España, venía tirando en los últimos años de cuadrillas de trabajadores de Córdoba, Jaén o Granada para suplir estas carencias pero muchas de esas personas prefieren ya quedarse en sus provincias trabajando en las obras que allí se desarrollan antes que venir a Málaga, aunque ganen menos, según expone la ACP ¿La razón? Por un lado, por evitarse el desplazamiento y, por otro, paradójicamente, por las grandes complicaciones que hay en la actualidad para encontrar una vivienda donde residir en Málaga mientras dura ese trabajo.

“Todos sabemos que buscar alojamiento ahora mismo está casi imposible. Así que realmente es una situación muy complicada: ni tenemos trabajadores de los que tirar aquí ni estamos siendo capaces ya de atraer a los de otras provincias”, reconoce Aragón. Tampoco la opción de contratar en origen a trabajadores extranjeros se está revelando como eficaz, en parte por ese mismo problema del alojamiento y, además, por los requisitos de estabilidad exigidos para esos contratos.

Faltan perfiles

En Málaga, según la ACP, hacen falta todo tipo de perfiles: desde albañiles a encofradores pasando por peones, instaladores de pladur, trabajadores de ferralla, operarios de maquinaria, montadores, pintores, fontaneros o electricistas. Todo ello, pese a las condiciones de su convenio colectivo, con jornada continuada en verano y salarios que, en las categorías más comunes a pie de obra, se mueven entre 25.000 y 35.000 euros anuales.

Además, hay una enorme demanda de jefes de obra y encargados, puestos que requieren de cierta experiencia y que ahora mismo son los más cotizados, con sueldos anuales medios de entre 45.000 y 55.000 euros. La causa de esta carencia específica es que algunos de estos profesionales experimentados se han ido jubilando en esta última época, sin que hay exista un relevo generacional que puedan llenar su hueco.

En general, según calcula la ACP, y extrapolando a la provincia las previsiones del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop), Málaga podría necesitar unos 37.000 nuevos empleados de construcción en los próximos diez años, teniendo en cuenta también los que se jubilarán en este tiempo y a los que habrá que buscar sustitutos.

Esta situación de falta de perfiles está generando, en la práctica, la ralentización de los plazos de ejecución de algunas promociones, ya que se trabaja a un ritmo más lento del que se podría. La ACP advierte de que este escenario también afecta al consumidor: el encarecimiento de los costes laborales (fruto de la competencia entre empresas para contratar a trabajadores) y el alargamiento de los plazos repercute en el precio final del producto (la vivienda).

“En la construcción, el tiempo es dinero. Las obras se hacen mediante financiación, y cuanto más se tarda en hacerlas, más caras le salen a las empresas”, señala la responsable de la ACP.

Subcontratas y cuadrillas

En general, todas las constructoras suelen contar con una base de personal fijo para luego, cuando acometen una obra, incorporar a trabajadores temporalmente. También se suele recurrir a subcontratas para servicios determinados, por ejemplo, la ferralla o la electricidad. Así, la competencia por disfrutar de sus servicios es muy alta, y sus tarifas se han encarecido mucho. Por otra parte, en zonas de gran actividad como Marbella, se da el caso además de cuadrillas de trabajadores que, mientras realizan su trabajo para una empresa, puede recibir ofertas para cambiarse a otra.

Cabe recordar que el sector viene reclamando la necesidad de poner en carga de forma ágil nuevos suelos en carga para edificar muchas más viviendas con los que dar repuesta a la enorme demanda de compradores que hay en Málaga y contener la escalada de precios. Pero, curiosamente, la propia ACP reconoce que si esa situación sería difícil acometer todas esas edificaciones a un ritmo adecuado debido a esta escasez de trabajadores que aqueja al sector.

“En realidad, son dos problemas que tenemos que resolver: construir más viviendas para atender la demanda y, por otro, incorporar a más trabajadores para poder acometer esas futuras promociones”, admite Aragón.

Modelo de trabajo futuro

La Fundación Laboral de la Construcción reflejaba el pasado año que seis de cada diez ocupados asalariados tienen más de 60 años. En 2008, cuando llegó a haber 100.000 personas trabajando en la construcción en Málaga, el 60% eran menores de 35 años. Hoy, esa tasa ha bajado al 20%.

Este envejecimiento de las plantillas y la falta de un relevo generacional indica que los jóvenes, por las razones que sean, han dejado de ver al sector como un destino atrayente, reconoce la ACP.

“No es un problema sólo de la construcción, sino también de la hostelería o de la agricultura. Quizá hay que reflexionar sobre el modelo de trabajo del futuro al que aspiran los jóvenes y buscar una evolución. En la construcción se ha introducido mucha tecnología y hay una gran parte del desarrollo de una obra que ya se realiza en fábricas. Pero también es cierto que existe mucho trabajo más básico que no puede ser sustituido por una IA y que habrá que seguir realizando”, comenta Aragón.

  • La Opinión de Málaga
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#LaConstrucciónEsParteDeLaSolución

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