La alcaldesa de Ronda, María de la Paz Fernández, ha confirmado que las obras para ejecutar la segunda fase del Camino del Desfiladero del Tajo se iniciarán a finales del mes de octubre. Un anuncio que realizó utilizando sus redes sociales tras mantener un encuentro con la empresa adjudicataria para perfilar los detalles técnicos que conllevarán estos trabajos.

En concreto, se trata de la instalación de una pasarela anclada sobre la pared del conocido cortado rondeño que se ubicará a unos tres metros de altura sobre el cauce del río Guadalevín. De este modo se busca evitar que las crecidas en épocas de lluvia puedan afectar a la estructura y que la misma tenga el mínimo impacto visual posible desde la zona superior de las cornisas. Zona a la que cada día acuden miles de personas para observar esta garganta que divide en dos el casco urbano rondeño y que está cruzada por tres puentes, entre ellos el conocido Puente Nuevo que es una de las imágenes icónicas de la ciudad del Tajo.

Además, esta estructura se instalará de modo que si en algún momento se decidiese la retirada de la misma no queden restos visibles en las paredes del cortado.

Una vez que finalicen las obras los visitantes podrán recorrer la totalidad de la garganta del Tajo y cruzar al otro lado del conocido puente rondeño, algo que ahora es imposible, ya que la primera fase tan solo permite llegar hasta la base del monumento. Además, también permitirá ver de cerca la presa que existe en el fondo del Tajo y que forma parte de la central hidroeléctrica de la ciudad que está situada aguas abajo.

Este tramo discurre por la zona menos conocida de la garganta, aunque, curiosamente, es el punto en el que más encajonado se encuentra el río Guadalevín coronando por viviendas situadas sobre la cornisa a un lado y otro de la misma. Además, también se pasa junto a la Mina, una infraestructura militar que permite bajar desde los jardines de la conocida como Casa del Rey Moro hasta el cauce del río, lo que permitía a la ciudad disponer de agua en caso de asedio.

En cuanto a coste y la duración de los trabajos, los responsables municipales explicaron tras la adjudicación del proyecto a la empresa Sando que la inversión será de algo más de 1.085.000 millones de euros, teniendo un plazo de ejecución de seis meses. De este modo, si los plazos discurren según lo previsto, para el próximo verano podría estar operativo este nuevo atractivo turístico al completo.

Un recorrido que finalizará en la Ermita de San Miguel junto a los Baños Árabes, otro de los principales monumentos con los que cuenta la ciudad. Además, desde este punto parte diferentes caminos que recorren las murallas tanto por el interior como por el exterior. Otra de las opciones para continuar la visita es adentrarse hacia el barrio de Padre Jesús, una zona de casas que sigue guardando la fisonomía de la ciudad antigua y que los técnicos redactores del plan especial del conjunto histórico calificaron como la “joya oculta” de Ronda.

• Fuente: Málaga Hoy