Jerónimo Parra Castaño. Presidente de Transformaciones y Embalses Parra S.L.
Se le pide por parte de ADIF responsabilidad a las ingenierías para hacer proyectos bien estudiados y trabajados que permitan evitar los posibles modificados futuros por importes desproporcionados, dejando la puerta abierta solamente a modificados muy reducidos y bien justificados. A las constructoras se les pide que estudien las obras y no hagan bajas excesivas sin saber previamente si el proyecto lo admitirá o no y basándose en el “ya se solucionará durante la ejecución de la obra”. Creo que estamos ante un problema de responsabilidad compartida entre empresas y administraciones.
Hace algún tiempo realicé un comentario en una asamblea en referencia a lo anterior y no fue bien recibido por la mayoría de los asistentes. Personalmente estoy convencido de que gran parte de la solución la tenemos nosotros, pero por supuesto, con la ayuda e implicación de las distintas administraciones que deberán asumir su responsabilidad y culpa en este asunto.
No puede ser que un proyecto adjudicado a la empresa más barata, base su ejecución y viabilidad en grandes modificados y no haya responsabilidades. Las empresas redactoras del proyecto deben asumir parte de esa responsabilidad ya que como se ha mencionado anteriormente, un buen proyecto ayuda a una buena ejecución y evita sobrecostes. Pero también es cierto que las administraciones deben usar todas las herramientas a su alcance para evitar que el criterio que siga primando en la mayoría de las adjudicaciones sea el precio.
Las empresas deberíamos estudiar mejor las obras y saber la baja que admiten realmente, no jugando con la suerte de un proyecto mal redactado o con encontrar subcontratistas con dificultades que accedan a trabajar a cualquier precio.
Por otro lado, la lógica nos dice que las pequeñas y medianas empresas de Andalucía tendríamos que tener muchas más posibilidades de ser adjudicatarios en nuestra Comunidad, ya que conocemos mejor nuestra tierra y tenemos menores costes tanto para estudio como ejecución de la obra, consiguiendo ventajas competitivas por conocer mejor el terreno, pero esto no siempre es así cuando priman los criterios económicos principalmente.
Las puntuaciones deberían de ser todas por criterios objetivos, y valorar que la ejecución total o parcial por parte de la adjudicataria, sea con poca parte de subcontratación, de manera que se valore el que la empresa disponga de personal y parque de maquinaria propio. De esta forma las ofertas de los contratistas no se basarían en posibles supuestos de contratación, si no en costes reales de sus medios productivos.
Es necesario que las empresas andaluzas continúen creciendo en tamaño ya que eso nos dará la posibilidad de tener opciones a obras de mayor volumen, dando un mejor servicio con menor coste.
Se podría hacer referencia a las antiguas constructora, que eran especialistas y aportaban y contrataban directamente todos los medios, y no generalistas, y con el tiempo se han convertido en gestoras de obras con medios ajenos.