Sevilla: El Ayuntamiento de Sevilla reparará la cubierta y las fachadas de San Hermenegildo este año
- Urbanismo está a la espera del visto bueno de la Comisión de Patrimonio para licitar y adjudicar las obras, valoradas en 851.000 euros y de una duración de nueve meses
El Ayuntamiento de Sevilla tiene todo listo para arrancar a mediados de este año con la esperada obra de rehabilitación de la antigua iglesia de San Hermenegildo, en la plaza de la Concordia, que lleva años cerrada y en un alarmante estado de deterioro. El proyecto elaborado por la Gerencia de Urbanismo para restaurar la cubierta y reparar las fachadas (la primera fase para devolver la vida al edificio) está culminado y, si no hay contratiempos, la adjudicación de los trabajos podría producirse a finales de esta año para que los andamios lleguen al antiguo templo de los jesuitas a mediados de 2022.
Cuando se cuente con la aprobación definitiva por parte de la Comisión Provincial de Patrimonio de
la Consejería de Cultura, que tiene el proyecto en estudio desde noviembre, se iniciaría la tramitación del contrato para la redacción del proyecto de ejecución, cuyo presupuesto de licitación está calculado en 851.000 euros, según la documentación a la que ha tenido acceso ABC. A tenor de la misma, la obra se centra en dos cuestiones: la reparación de la cubierta y la reforma de las fachadas. La cantidad ya está incluida en el presupuesto municipal del ejercicio en curso, pero todo está a expensas del permiso de Patrimonio a esta actuación.
El plazo estimado de estas obras de sería de nueve meses. La iniciativa incluye los trabajos de conservación y restauración de las estructuras de madera y la cubierta de tejas de la sala principal del edificio, una de las zonas más afectadas por la prolongada clausura del histórico inmueble. Según el proyecto ultimado por el Ayuntamiento, elaborado por José David Muñoz de la Torre y Cristina Sánchez Mendoza, arquitectos de la Gerencia, contempla obras de conservación de la cubierta de madera existente sobre la nave principal de la antigua iglesia, recuperando todos los elementos de la estructura posibles y liberando la misma de muchas de las cargas que actualmente soporta. En la nueva formación de la cubrición se dotará al edificio de estanqueidad, mejorando, además, el aislamiento térmico, procurando recuperar la teja árabe original.
«El criterio será conservar la madera original siempre que sea posible. El problema es que el estado de deterioro tan avanzado de algunos elementos no lo permitirá, por lo que habrá que proceder a su sustitución completa, proceso que se realizará en taller. Cuando todos los elementos estén restaurados o sustituidos, se procederá a montar de nuevo la estructura en su posición original, sobre el nuevo durmiente», recalca la documentación. Por tanto, se trata de una restauración que, en buena medida, es una sustitución de la cubierta a tenor de su mal estado. También se repararán las cubiertas planas del cuerpo delantero moderno, incluida la sustitución de un lucernario que, a causa de su mal estado, provoca la entrada de agua y la generación de humedades. Se colocará otro «con periferia de aluminio y vidrio doble tipo climalit, templado en el exterior para evitar posibles roturas y caídas de personas». Igualmente, se repararán otras pequeñas cubiertas planas existentes en el cuerpo del templo desacralizado.
Respetar los acabados originales
En cuanto a las fachadas, el proyecto ya advierte de que el estudio realizado por la firma Labrum ya detectó que no se conservan revestimientos originales, eliminados completamente en la reforma de los años 80, por lo que «las cautelas arqueológicas se centrarán en estudiar las fábricas que se pongan al descubierto tras los picados de las mismas». En el plan se incluye la realización de un estudio histórico documental para dar luz a los acabados originales y conocer mejor los materiales de los mismos para intentar respetar al máximo este apartado. Se realizará una propuesta cromática «que sea cercana a la tradición barroca y no altere radicalmente la imagen que la ciudadanía tiene del inmueble» una vez obtenidos los resultados del citado estudio, de lo que «también se dará traslado a la Comisión de Patrimonio».
El estudio patológico encargado por el Ayuntamiento en 2019 descartaba graves daños estructurales en el edificio, cerrado desde 2006. Los análisis determinaron que la cimentación y los muros portantes estaban funcionando correctamente y los forjados unidireccionales tanto del cuerpo rectangular moderno como del cuerpo de la iglesia estaban globalmente funcionando bien, a excepción de un par de ellos que «necesitaban ser reforzados». Hace unos meses, el Ayuntamiento ejecutó unas obras urgentes de adecentamiento en las fachadas y para asegurar la protección metálica que evita posibles desprendimientos a la calle, en la que el paso de viandantes es intenso al tratarse de pleno centro de la ciudad.